¡Extra, extra! Tertsch nos había avisado, pero,
cegados por el populismo chavista bolivariano bolchevique castrista, elegimos ignorar a esa mente prodigiosa. Anunció el
peligro del inminente progreso venezolano, libertades cubanas y papel higiénico
coreano. ¡Ay, pobres de nosotros! El nivel de inmigración de los países comunistas
ha aumentado un 371%. Se baila zumba cubana a ritmo del himno de la
Internacional (si bien estos rojos saben bien cómo mover los cuartos traseros).
La extremísima izquierda se ha hecho con las ciudades más
importantes del país. A Madrid ha vuelto ETA (pero, esta vez, en su vertiente “Espe
‘Tas Acabada”), y se planea un asalto al Congreso entre perroflautas y
bolcheviques, con canciones reivindicativas en contra del gobierno y cócteles molotov. En
Barcelona los catalanes han renegado totalmente del “segundo puto gallego que
nos jode de esta manera” y han empezado a hacer altares con la fotografía de
Lenin.
Nada más lejos de la realidad, aunque ya le molaría al Inda.
Increíblemente, la politización de un movimiento de indignación como ha sido Podemos,
ergo, la intrusión en el arcaico juego político español de un elemento nuevo,
ha tenido efecto, en contra de las catastróficas previsiones que muchos, me
incluyo, teníamos. La bruja Aguirre se ha caído de la escoba intentando hacer
un loop por encima de sus posibilidades (pero no se ha escoñao, mala suerte la
nuestra, pacto con el diablo la suya). Ada Colau es la semilla de vida que se
quiere sembrar en la Ciutat Morta de Xavier Trias, y, bueno, no hablemos del movimiento
Pro-Manuela y el arrebato de la capital al PP después de décadas. Rita Barberá
ahora está, como bien dice Raquel Martos, al fresquet, y con una cara digna del
magnífico Jabba The Hutt.
La derecha está asustada, a-co-jo-na-da. Que yo lo entiendo.
Si estás sentado en un sofá comodísimo (los sobres llenos de fajos de billetes
dan calor y son muy mulliditos) y vienen cuatro comunistas a expropiártelo,
pues jode. Jode que la gente empiece a luchar por sus derechos, sus libertades
y, en definitiva, empiece a tomar control de su vida. Jode que se hayan abierto
muchos ojos (si bien sigue siendo un país de ciegos), y que su mirada sea de
decepción y odio. Pero bueno, quien se pica, ajos come, aunque no sé cómo compaginarán
muchos esa dieta con su tradicional chupar sangre inocente.
A todo esto, yo tengo fe en que Mariano se traiga algo gordo
entre manos. Así, en su papel de tontico del partido, un poco a lo Pedro
Sánchez, cagándola en modo repetición, ha favorecido más al fin del
bipartidismo que gran parte de movimientos de izquierdas. Se mueve dentro del
PP, frustrando intentos de seguir a flote, comunicándose con los ciudadanos a
través de pantallas, asegurando que el paro son como los unicornios. Y ahora
calla, probablemente frotándose las manitas y murmurando “Shí, shí, el plan va
como había previshto”.
Ahora, rojitos míos, no nos durmamos en los laureles, que los votos a los partidos tradicionales han bajado, sí, pero no tanto como se podría esperar con semejante marrón encima. Pero bueno, hay días tontos, y tontos todos los días, y, desgraciadamente, la participación electoral entre los sectores más enriquecidos de la sociedad es muy alta, debido a que ellos sí saben cuáles son sus intereses y actúan para favorecerlos. Hagamos lo mismo, pero sin confundirnos de clase. No somos los de arriba, somos los de abajo, los que han de luchar para que mueran estas divisiones de una vez por todas.
Y, por cierto, Marhuenda, me suena haberte oído decir a
Colau algo como que te ibas de España si ganaba las elecciones. No dudes en que
habrá crowdfunding para financiarte un billete de avión directo a Corea del
Norte. Besis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario