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domingo, 26 de abril de 2015

IV

Dicen que las personas destrozadas son las que más fuerte ríen, beben y follan. Y no hay mayor verdad. Todo es un intento por sentir algo más que miedo. A la luz y a la oscuridad. A mirar hacia delante, pero también hacia atrás.

Es mejor que el alcohol te corra por las venas en lugar de veneno diluido en tinta. Es mejor guardar en las uñas la piel del polvo de la noche anterior que seguir mirando a oscuras las heridas que dejaron otros anteriores. Y no hay mejor remedio para las voces en la cabeza, que callarlas con risa fingida.

Y no hay mejor manera de convencerte de que sigues vivo, que hacerlo a través del fantasma que te sigue en los espejos.

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