Me declaro desde este mismo momento fan incondicional del
autoboicot al que me someto día tras día. Y hablo por mí, pero hablo también
por vosotros. Hablo por los humanos, inconformistas y caprichosos, capaces de
tirar todo lo que tienen en sus manos por la borda en la búsqueda de un
“nosequé” que les falta para sentirse completos. Un “nosequé” totalmente
ficticio, inexistente. Pura mentira. Y es que nacemos para estar incompletos.
Supongo que es una gracia del destino, que las parcas se despollan de nosotros
cuando miran hacia abajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario