Cuando escribo
No sé a quién hablo
Pero en el fondo
Sé que te hablo a ti.
Sí, a ti.
A la imagen borrosa de mis sueños
Que sabe a fresas silvestres
Pero huele a moras.
Al futuro, aún más borroso
Marcado por la sombra de los pasos
Y la indecisión de las palabras.
Al pasado, a los complejos,
a lo que no vuelve, y a lo que
nunca se va.
A mí.
A la yo que ha muerto.
Y a la que ha vuelto
Pero distinta.
Cambiada.
Sola.
Triste.
Apática.
Y con un brillo de ojos apagado.
A la que quiero ser.
Que no hace más que correr
Pero en círculos,
la muy gilipollas.
A lo que soy.
Y que no entiendo.
No por complejo,
sino por oscuro.
Al mundo entero,
le hablo
al puto mundo entero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario