Páginas

miércoles, 15 de abril de 2015

Carta abierta a la valiente Noelia Cotelo

"Querida Noelia,

Te pido fuerza. Lo hago con palabras, que es la única manera en que puedo hacerlo, pero lo hago también con el corazón en un puño, en las garras de la indignación, la injusticia y el desamparo. Esas mismas garras que te han cogido por la garganta, y te han llevado a donde te han llevado.

Te pido fuerza, porque te lo mereces y la necesitas, porque la vida es todo lo que tenemos, y nadie tiene el derecho a quitártela, igual que nadie tiene el derecho a quitarte las ganas de vivirla.

Te pido fuerza, y lo hago con todas las mías. Nadie entiende tu situación, nadie está viviendo lo que tú, pero no estás sola. Me intento poner en tu lugar, y obviamente, no puedo, pero te aseguro que no estás sola. No eres la única oprimida bajo un Estado injusto. Cada día más, de diferentes maneras, ven su vida reducida a cenizas por un fuego iniciado por aquellos que deberían apagarlo.

Y nos sentimos traicionados. En el día a día, por un país que nos ignora. Un país que no se remite a este gobierno corrupto e inhumano, sino también la nación que da la espalda a sus iguales, que ignora situaciones como la tuya, porque no les dan de golpe en la cara. Hasta que lo hacen, y luego llorarán tus lágrimas, y entenderán tu desesperación.

No digo que yo lo entienda. No puedo. Nadie puede. Pero aun así, te pido fuerza. Te mando toda la luz de mis mañanas para que iluminen tus más negras noches, y te exijo -sí, lo hago así, exigiendo- que pienses en todo lo bueno que puede llegar a acompañarte, a pesar de que ahora mismo todo esté sumido en una total oscuridad. Piensa en tu familia, que te quiere y te apoya a pesar de todas las trabas que les están poniendo. En todo lo bueno que has vivido, y todo lo bueno que te queda por vivir.

Piensa en ello, y dibuja en tu cara la mayor sonrisa que les hayan escupido en la cara a tus enemigos. Con una sola sonrisa, ya veré cumplido mi objetivo.

Ten fuerza, por favor, te lo pido. Y te mando todas las mías, en el más fuerte abrazo jamás enviado por papel y tinta.

Atentamente,

Una admiradora de tu valía."


Noelia Cotelo Riveiro lleva bajo estrictos regímenes de aislamiento 5 años. Tras entrar a cumplir una condena de año y medio, su insumisión y denuncia hacia la tortura que era su día a día, a esta condena se le han sumado cuatro más, en unas condiciones que violan el régimen penitenciario y la ley orgánica penitenciaria general. Esto es, torturas, restricciones de comunicaciones, duchas de agua fría, impedimentos y prohibiciones para participar en cursos de cualquier tipo, aislamiento, celdas de pésimas condiciones, donde el frío se suma a la desnudez de las paredes, y la deja tirada en el suelo. Muriéndose, porque está muriendo. Se le ha denegado la asistencia médica, con infecciones de boca y oídos, varias huelgas de hambre que la han dejado al borde del coma hipoglucémico y, lo último, un intento de suicidio cortándose las venas. Todo ello se suma a lo que le dijo una vez un carcelero, que iba a morir allí.

No acaba ahí, con la muñeca rota, obra de un carcelero del centro penitenciario de Brieva, medicada con psicofármacos (la sedan constantemente con metadona) y esposada a la cama, otro carcelero, de irónico nombre Jesús, abusó sexualmente de ella. Ante la denuncia de la víctima, contradenuncia de la bestia, y un agravamiento de su situación en la cárcel, llegándose a repartir su ropa de abrigo entre las demás internas.

Y los juicios. Su familia (que por problemas económicos, no puede viajar desde Galicia hasta Ávila, donde ahora está recluida, tan sumamente lejos de su hogar) denuncia que se ha sometido a Noelia a un juicio por videoconferencia sin abogado, supuestamente por alguna denuncia interpuesta en la cárcel de Brieva, ella sola, frente a un juez que, al parecer, siempre es el mismo, que no la deja hablar, a lo que se suma su estado de semiconsciencia inducido por los fármacos. Y su familia, que es lo único que le queda ahora, pide ayuda, grita socorro, dice que Noelia "se encuentra muy mal, se encuentra desprotegida con tanta injusticia, no hace más que llorar, le obligan a tomar la metadona a la fuerza y ya no sale de su celda para nada". Está al filo entre la vida y la muerte, y camina arrastrando los pies hacia esta última, pues, como ya he dicho, se ha intentado suicidar. Eso no deja lugar a dudas sobre el grado de desesperación al que ha llegado la han empujado.

Pido, de la única manera que puedo, que su caso no se ignore, y que todo aquel que se vea tocado en su fibra empática por su historia, le mande fuerzas a través de una carta. Que le diga lo que quiera, pero que le haga saber, que no está sola:

Noelia Cotelo Riveiro
Centro Penitenciario de Brieva
Ctra. de Vicolozano
05194 Brieva (Ávila)

Gracias.





No hay comentarios:

Publicar un comentario