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lunes, 1 de junio de 2015

Orfeo et Eurydice: Mélodie for Piano Solo

Las teclas de un piano ardiendo me agujerean los oídos. 
Quizás es el alcohol, quizás es el sueño. 
No lo sé, pero no me importa. 
Porque la melodía se me está tallando en la carne viva debajo del cuero cabelludo. 
Me plañen las notas, las fusas y las semifusas, y se pierden mis sentidos en las manos de un desconocido. 
Que llora con los dedos. 
Que vierte sus penas en marfil, en blanco y en negro. 
Que me susurra sin palabras que conoce las mentiras del mundo entero. 
Que sabe que la realidad, en realidad, es sueño. 
Que ha oído hablar a los muertos y le han confesado que no hay nada más allá. 
Ni más acá. Todo cuento. 
Y ahora baja. Baja y calla. 
Acaba golpeando un teclado maltrecho por tanto sentimiento. 
Y muere en la noche. 
Quizás en otro lugar del planeta sea por la mañana. 


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