Quizá la lluvia nos lama el fracaso de la piel y nos desnude de penas y nos perdone los errores besándonos los pies de agua salada. Quizá se nos meta en las venas y nos suba la tensión. Quizá nos empape y nos ahogue y nos fuerce a nadar. Sin salvavidas.
Ha dejado de llover pero las calles siguen mojadas.
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